Procedimiento de extracción de fecalomas

Procedimiento de extracción de fecalomas

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  1. Comprobar la identidad del paciente, según el procedimiento de aplicación en el Servicio Gallego de Salud.
  2. Respetar la intimidad del enfermo y guardar confidencialidad de sus datos.
  3. Informar al paciente y/o el cuidador principal (o tutores legales) del procedimiento que se va a realizar y solicitarle su colaboración, a ser posible, recalcar su utilidad, usar un lenguaje comprensible y resolver sus dudas y temores. En el caso de pacientes pediátricos explicarles el procedimiento a los padres.
  4. Solicitar su consentimiento de forma verbal, siempre que sea posible.
  5. Identificar a los profesionales sanitarios que van a intervenir en el procedimiento.
  6. Comprobar en la historia clínica del paciente o indagar mediante entrevista con el usuario y/o familia a existencia de  hemorroides, fisuras anales...
  7. Realizar higiene de manos y colocación de guantes.
  8. Colocación del paciente en posición de decúbito lateral derecho con la rodilla izquierda ligeramente flexionada (esta posición sitúa el colon sigmoideo en la parte más alta y facilita la extracción de las heces) con un  empapador debajo del enfermo para proteger la ropa de la cama. 
  9. Si no tolera la posición anterior, colocar el paciente en decúbito supino con ambas caderas y rodillas flexionados.
  10. Mantener  la cuña cerca del enfermo para depositar los restos fecales.
  11. Administrar lubricante anestésico en la ampolla rectal y esperamos unos 10 minutos a que haga efecto.
  12. Lubricamos, asimismo, el dedo índice de nuestra mano dominante y le comunicamos al paciente que iniciamos el proceso y le pedimos que inspire profundamente y que expire con lentitud. Así se promueve la relajación del  esfínter anal externo.
  13. Introducir lentamente el dedo índice en el recto y se le pide al paciente que realice un esfuerzo defecatorio.
  14. Suavemente realizamos movimientos rotatorios con la intención de romper el  fecaloma, extrayendo los fragmentos de la materia fecal y depositándolos en la cuña. Repetimos esta maniobra hasta conseguir retirar la mayor cantidad posible de material  fecaloideo, realizando pausas para favorecer el descenso de la masa fecal y descanso del paciente.
  15. Valorar en todo momento la respuesta del paciente al dolor:  palidez,  diaforesis o alteraciones en el ritmo o frecuencia cardíaco.
  16. Una vez finalizada la extracción limpiar la zona rectal y permitir que el enfermo descanse en una posición cómoda.
  17.  Retirar los guantes y higienizar las manos.
  18. Esta maniobra está contraindicada en pacientes con enfermedad anorrectal (hemorroides dolorosas, fisuras, abscesos) o recién intervenidos de una enfermedad en esa zona.
  19. Este procedimiento está contraindicado se sospecha obstrucción intestinal.